Esta es la cara que se nos queda cuando nos ponemos las gafas del amor y nos enteramos de que no hay recompensa
Para que las mujeres nos dediquemos a sufrir por
amor voluntariamente, el patriarcado tuvo que inventarse el paraíso romántico. El
amor es como una religión: nos piden que atravesemos con resignación el valle
de lágrimas, y nos aseguran que al final podremos entrar en las
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