Caminar y estar al aire libre es un derecho humano fundamental: todos los humanos deberíamos poder caminar por la calle, estar en ella todo el tiempo que queramos, y disfrutar de libertad de movimientos en todo el planeta.
Nunca había pensado en la dimensión política del caminar hasta que llegué a Centroamérica y visité otros países de América Latina, y me di cuenta de lo difícil que es
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